El otro día hice un test.
Creo que no hacía uno desde que dejé de leer Ragazza, una revista de mi adolescencia.
Veinticinco años después haciendo un test ha sido divertido.
Verás.
En esta ocasión era un cuestionario de 21 preguntas sobre el propósito de la vida.
Obtuve una puntuación de propósito de 53 sobre 70, lo que indica un alto nivel de propósito.
Es posible que se debiera a mi alta motivación cuando lo hice.
Pero una de las cosas que me pareció más curiosa fue que este puntuaje sugería
«tiene un propósito que da forma a las decisiones más pequeñas de su vida y las llena de significado»
Y tambien que en un estudio de la Universidad de Washington se habían encontrado ventajas importantes en adultos más decididos.
Incluido un mejor funcionamiento cognitivo e incluso una vida más larga.
Tener un propósito parece también estar asociado con niveles más bajos de estrés, en general, lo que contribuye a una mejor salud.
¿Y por qué te cuento esto?
Porque las emociones positivas nos ayudan a ampliar nuestra perspectiva del mundo y sentirnos con energía.
La gratitud y el asombro, en particular, nos ayudan a preocuparnos por los demás. A construir relaciones y asentirnos conectados con algo más grande que nosotros mismos.
Gratitud y asombro están vinculados a fomentar el propósito.
Ahora, si quieres una vida más larga (de verdad), una mejor salud o sentirte más conectada debes generar una vida con propósito.
Es lo que hay.
¿Y cómo generar una vida con propósito?
¿Cómo trasladarlo a los espacios habitables?
¿Al hogar?
¿A la vida?
Hay muchas formas, unas cuantas de las más eficaces las vemos en le Módulo IV de mi curso de feng shui integral.
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PD: Arriba.
PD1: Para cultivar emociones positivas de manera rápida y eficaz, es por aquí Trilogia para una vida con sentido